“A la gente le da más miedo hablar en público que ver una víbora enroscada en sus píes”, me comentó en alguna ocasión un amigo.
Es posible, pero no creo que ese comentario deba generalizarse, pues conozco personas que disfrutan hacer uso de la voz ante una gran audiencia, y además lo hacen muy bien.
El poder de la palabra es infinito, sobre todo cuando se complementa con una solvente, firme y segura actitud personal.
¿Por qué el 85% de las personas sufren de ansiedad por la sola idea de hablar en público?
Según los expertos el problema radica en que la persona que se entera que debe hablar en público se visualiza haciendo el ridículo frente a todos los demás y por eso recomiendan cambiar las imágenes negativas en positivas, creando imágenes claras que eleven al máximo su autoestima.
La verdad es que hay miles de tips para convertirse en un gran orador, para saber comunicar muy bien lo que se desea.
¿Les interesa potenciar su retórica?
Aquí en la Metro podemos apoyarlos.
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¡Será un honor servirles!