MEXICANOS EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS

Los juegos olímpicos de verano que inician mañana en París no han generado las expectativas de otros años.

No veo atletas de la talla de Usain Bolt, Nadia Comăneci, Carl Lewis o Michael Phelps.

Por lo que respecta a nuestros compatriotas, a los que les deseamos el mayor éxito, tampoco veo figuras de renombre que nos permitan albergar alguna esperanza de meterse al medallero; me daría mucho gusto equivocarme y que surjan algunas sorpresas.

Atrás, muy atrás, quedaron los tiempos donde todo México se paralizaba para ver las proezas de nuestros deportistas.

Como olvidar a Humberto Mariles, que con su caballo Arete ganó las 2 primeras medallas de oro en Londres 1948.

O a Joaquín Capilla en Melbourne 1956, cuando conquistó el oro en clavados, que, sumado a las 3 medallas alcanzadas en los 2 juegos olímpicos anteriores, se convirtió en el máximo medallista olímpico de nuestro País.

Recordar con nostalgia a Ricardo Delgado y a Antonio Roldan en boxeo, y a Felipe “el tibio” Muñoz, en natación, que nos entregaron el oro olímpico en México 1968.

Las grandes glorias de la caminata como Daniel Bautista, Ernesto Canto, en los Ángeles 1984, también consiguieron el oro.

¿Qué les depara París a nuestros queridos atletas mexicanos, si la CONADE no ha hecho su trabajo ni los ha apoyado como se merecen? La incertidumbre prevalece.

Por suerte para Michael Phelps, máximo medallista olímpico de todos los tiempos, con 28 medallas conseguidas (23 de oro), él nació en los Estados Unidos.

Ni como exigirle a nuestros deportistas que intenten emular a la “Bala” de Baltimore.  

Creo que no sería justo.